El llamado «debasement trade» hacia el oro y Bitcoin «está aquí para quedarse» mientras los inversores se preparan para una incertidumbre geopolítica persistente, según un informe de investigación del 3 de enero de JPMorgan compartido con Cointelegraph.
Oro y Bitcoin como Refugio de Inversión
JPMorgan señala que tanto el oro como Bitcoin han ganado un lugar más destacado en las carteras de los inversores, quienes buscan protegerse contra el riesgo geopolítico y la inflación. El banco destacó el «récord de entrada de capital en los mercados de criptomonedas en 2024» como prueba de esta tendencia.
El «debasement trade» se refiere al creciente interés en oro y Bitcoin debido a factores como la «incertidumbre geopolítica estructuralmente más alta desde 2022», la persistente incertidumbre sobre la inflación a largo plazo y las preocupaciones sobre la «degradación de la deuda» debido a los altos déficits gubernamentales en las principales economías.
Flujos Institucionales en Auge
Gestores de inversiones, como Paul Tudor Jones, están apostando por Bitcoin y otros commodities debido al temor de que «todos los caminos conducen a la inflación» en los Estados Unidos. Además, gobiernos estatales de EE. UU. también están adoptando Bitcoin como «una cobertura contra la incertidumbre fiscal», según el gestor de activos VanEck.
En octubre, JPMorgan señaló un aumento en el interés abierto en futuros de Bitcoin como otro indicador de que «los fondos podrían ver el oro y Bitcoin como activos similares». En 2024, el interés abierto neto en futuros de BTC aumentó de aproximadamente $18 mil millones en enero a más de $55 mil millones en diciembre, según datos de CoinGlass.
El aumento en los flujos hacia ETFs de Bitcoin también es un indicador clave. En noviembre, los ETFs de Bitcoin en EE. UU. superaron por primera vez los $100 mil millones en activos netos, según datos de Bloomberg Intelligence. Este crecimiento sugiere que tanto los inversores minoristas como institucionales ven a Bitcoin y el oro de manera similar.
Según Sygnum Bank, los crecientes flujos institucionales podrían generar «choques de demanda» positivos para Bitcoin, lo que podría hacer que su precio se dispare en 2025.
