
El panorama energético mundial está a punto de experimentar una transformación histórica, y la transición a la energía nuclear en EE.UU. está en el centro de este cambio. El viernes pasado, el expresidente Donald Trump firmó una serie de órdenes ejecutivas destinadas a revitalizar la industria nuclear estadounidense, en lo que describió como un “gran día para la energía nuclear”.
Estas órdenes no solo simplifican los procesos regulatorios, sino que también declaran una emergencia nacional para reducir la dependencia de uranio enriquecido proveniente de China y Rusia. Este enfoque incluye el fortalecimiento de las cadenas de suministro y la aceleración en el desarrollo de reactores nucleares avanzados, como los pequeños reactores modulares (SMRs).
¿Por qué es importante esta transición?
El sector nuclear, a menudo eclipsado por energías renovables más populares como la solar o la eólica, vuelve a ganar protagonismo. Con más de 440 reactores activos a nivel mundial y más de 60 en construcción, el compromiso por una energía constante, limpia y eficiente es cada vez mayor. La transición a la energía nuclear en EE.UU. representa no solo una respuesta energética, sino también una oportunidad de inversión con enormes perspectivas de crecimiento.
De hecho, la firma de Trump disparó las acciones de empresas como Cameco (CCJ) y Oklo, que alcanzaron máximos no vistos en años. Según un informe publicado por Goldman Sachs, titulado “El plan nuclear para la transición energética”, estas compañías están posicionadas estratégicamente para beneficiarse del nuevo ciclo alcista del uranio y el desarrollo nuclear.
Fuente: World Nuclear Association
Fuente: Departamento de Energía de EE.UU.
Impulso financiero y tecnológico
El renacimiento nuclear no se limita solo a lo político. La Ley de Reducción de la Inflación de 2022 (IRA, por sus siglas en inglés) incluye créditos fiscales para proyectos nucleares de hasta $25/MWh y una asignación de $700 millones para fomentar el desarrollo del combustible HALEU (Uranio de Bajo Enriquecimiento de Alta Asay). Además, empresas tecnológicas como Amazon, Meta y Google han expresado públicamente su respaldo al objetivo de triplicar la capacidad nuclear para 2050.
La inversión también se está desplazando hacia tecnologías como los SMRs, que prometen costos de construcción más bajos y tiempos de despliegue más cortos. Actualmente, solo hay dos SMRs operativos en el mundo, pero se espera un crecimiento acelerado conforme se consoliden las cadenas de suministro.
Potencial de inversión en la energía nuclear
Las oportunidades de inversión van desde productores de uranio como Cameco hasta desarrolladores de reactores como Westinghouse, en la cual Cameco posee un 49%. Además, el informe de Goldman señala que el crecimiento del sector beneficiará no solo a las mineras, sino también a empresas de infraestructura como BWXT, CW, ATRL y FLR.
La transición a la energía nuclear en EE.UU. implica un resurgimiento en toda la cadena de valor: desde la extracción del uranio hasta el desarrollo de nuevas tecnologías. Con un promedio de edad de 32 años en los reactores actuales, se espera que la mayoría de ellos busque extensiones de vida útil hasta que los nuevos entren en operación, especialmente aquellos impulsados por HALEU.
¿Qué depara el futuro para la energía nuclear?
Con 61 reactores en construcción, 85 planificados y otros 359 propuestos, el compromiso global es evidente. En la conferencia COP28, 31 países firmaron un acuerdo para triplicar la capacidad nuclear para 2050. Estados Unidos también se ha comprometido a añadir aproximadamente 200 GW adicionales de capacidad.
Según estimaciones, la generación nuclear podría representar el 12% de la producción eléctrica mundial para 2040, frente al 9% actual. Esto se traducirá en una fuerte demanda de uranio, servicios de conversión y tecnologías asociadas.